Arroyo González ingresó desde el pasado lunes 27 de junio a la unidad de cuidados intensivos de ese centro hospitalario, donde fue tratado inicialmente por un cuadro clínico de crisis hipertensiva, cardiopatía isquémica y diabetes mellitus con descompensación simple.
La noticia causó un enorme dolor a su esposa, hijos, familiares y seguidores, quienes a esta hora se congregan en las puertas de la Clínica La Asunción, con demostraciones de afecto.
En los próximos minutos, se darán a conocer los detalles de su velación y sepelio, respetando la última voluntad del artista, de ser enterrado en Barranquilla.
Complicaciones médicas
En todo momento, según reportaron los médicos que lo atendieron, Álvaro José Arroyo requirió control estricto y permanente para el manejo de su presión alta y glicemia.
En la última semana fue necesario practicarle una traqueostomía para mejorar su respiración. Previo a esto, los médicos intentaron retirarle los sedantes para inducirlo a que despertara y respirara por sí solo, sin ventilación asistida, pero no lo consiguieron.
A lo largo de 28 días, Joe luchó por sobrevivir, pero las diálisis diarias a las que fue sometido, su incapacidad para respirar por sí solo, la diabetes y la hipertensión arterial hicieron mella en el cuerpo del artista.
Vida familiar de novela
Pese a que su actual familia y su representante negaron en todo momento su condición médica y nunca revelaron el verdadero estado de salud del artista e incluso se atrevieron, como en un capítulo de telenovela, a desmentir y acusar a quienes dijeron la verdad, pudo más la responsabilidad social de la clínica La Asunción que informó a los medios en un primer parte médico la gravedad de sus afecciones.
Poco a poco se fue develando una trama de intereses y tensiones alrededor de la vida privada del artista y la relación de su última esposa, no solo con sus hijos sino también con los amigos del artista, que nunca fueron bien recibidos por ella.
En su momento, dos de sus hijas denunciaron que no las dejaban ver a su papá; la presión mediática logró que pudieran despedirse de Joe. Incluso, su exesposa Mary, con quien vivió 20 años, preocupada por la salud del padre de sus hijas pidió pensar primero en la salud del cartagenero, antes de cualquier presentación en los escenarios.
A esto se suma una serie de compromisos adquiridos por su representante, Luis Ojeda, no sólo en Colombia sino también en el exterior, que tuvieron que cancelarse porque el artista estaba sedado y bajo asistencia médica en una unidad de cuidados intensivos.
Incluso, amigos cercanos al Joe Arroyo dijeron que lo obligaban a cantar, sin escatimar su estado de salud, como en la última presentación en Bogotá, en junio pasado.
Éxitos en la música
La vida musical de Joe Arroyo, barranquillero de corazón, comenzó en los burdeles de Cartagena, cuando siendo un niño quiso forjar su futuro y el de su familia a través del canto.
Con 'Fruko' logró que su nombre comenzara a sonar en las emisoras y con su orquesta La Verdad cosechó, año tras año, grandes éxitos ligados en ocasiones a excesos de drogas, que le cobraron un alto precio a su salud. En más de dos ocasiones, Joe estuvo enfermo y otras tantas lo dieron por muerto.
Sus años de carrera artística los vivió al máximo y sus grandes logros musicales los consiguió en Barranquilla, resumidos en 18 congos de oro y dos supercongos de oro en los festivales de orquestas; además de los discos de oro y platino, por ventas millonarias.
Sin duda, su vida estuvo marcada por los límites y, actualmente, una versión de ella está siendo vista por los colombianos todas las noches en "Joe, la leyenda", por RCN Televisión. Y acostumbrado a decir la verdad, en una de sus últimas entrevistas dijo que "La telenovela fuera de cámaras se está poniendo más caliente", como sin duda se pondrá tras su muerte.
Hoy, el país llora a Joe, el más grande y el ausente, ese que no estará más en la tierra, que se fue a reunir con su hija Tania, pero que se queda en Barranquilla y en el corazón de todos los colombianos.
Mónica Sáez Puerta
El Heraldo